El Saco de Las Emociones

Ya hacía tiempo que soñaba con sumergirme en el apasionante mundo de las Emociones, eso sí, desde mi zona de confort, observando cómo los demás trasmiten sus emociones a los demás, como si alejándome y creando una distancia "segura", eso fuera posible, como si pudiese permanecer impasible y fría antes las emociones de los demás....pero no, eso es del todo imposible, porque quiera o no, la empatía domina el resto de mis emociones.

Sí, esa palabra que cada vez es más usada pero que no siempre se comprende...

Oficialmente este es el significado : 


La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo. La palabra empatía es de origen griego “empátheia” que significa “emocionado”.

La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente relacionada con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la capacidad de ayudar. Cuando un individuo consigue sentir el dolor o el sufrimiento de los demás poniéndose en su lugar, despierta el deseo de ayudar y actuar siguiendo los principios morales.

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No sabría decir con exactitud cuando descubrí que existía esa palabra y si fue al conocer su significado cuando me di cuenta que aquello que me ocurría, aquello que me impedía sentirme libre sentimentalmente era eso mismo, la empatía.
¿Y porqué me refiero a la empatía como aquello que coarta la libertad sentimental si en realidad es algo positivo?
Del mismo modo que sentía con el descubrimiento de ser una persona PAS, que era una combinación de bendición y maldición, con la empatía me sucede igual....
Se que no podría vivir de otra manera, pero a veces, viendo como me afecta tanto el sufrimiento de los demás y que ello no sólo me lleva a ponerme en su lugar sino que me obliga irremediablemente a intentar ayudar, me gustaría a veces no sentir, vivir sin más, ser "normal", dejar de sentirme culpable por no romper con todo y dedicarme a ayudar a los que más sufren....

La empatía ha hecho que sea capaz de ponerme en el lugar de personas incluso con las que no siento afinidad, a las que ni siquiera aprecio, pero a las que creo comprender con sólo unos pequeños gestos o unas pocas palabras... algo que me ha hecho sentir bien en algunas ocasiones, ya que puede provocar una sensación un tanto agradable comprender a los demás, pero en otras me ha dado un poco de vértigo e incluso  me ha traído problemas por hacer en muchos momentos de "abogado del diablo", no justificando los comportamientos de una persona, sino intentando hacer comprender a una de las partes la postura de la otra para poder llegar a un entendimiento.
Aprendí, gracias al cura del colegio donde estudié, a ponerme en el puesto de cualquier tipo de persona e imaginarme qué pensaría o sentiría una persona si tal o cual cosa y desde luego me ayudó a entender mejor a los demás y a evitar muchos de los juicios mentales que tenía hacia los demás.
Nunca me gustó criticar a los demás, me sentía incómoda cuando alguien hablaba mal de otra persona, pero eso no significaba que no emitiese juicios desde mi perspectiva ética o moral.
Estos supuestos "juegos", me sirvieron para ponerme en los zapatos de otras personas...

Quizá ese aprendizaje de ponerme en el lugar de los demás, sentó la base, o puso el primer peldaño en mi deseo de estudiar criminología, sintiendo que poco me separaba de una persona criminal, que no éramos tan distintos, sino que quizá nuestro entorno, nuestras experiencias o circunstancias hacían diferentes nuestras reacciones y que seguramente si yo estuviese en su lugar, habría tomado decisiones parecidas. Y no sintiéndolo de un modo paternalista, del que se cree superior y puede ayudar a cambiar a un criminal y reconducir su vida, en eso me he visto siempre bastante inútil, pero sí que me perseguía la idea de la prevención, es decir, el intento desde la más tierna infancia de dotar de las herramientas y el afecto necesario a todos los niñ@s para que en un futuro, sus vidas, fuesen las que fuesen, no se perdieran entre violentas experiencias.


Soy capaz de abrazar y de hecho me encanta, me gusta lo que se trasmite a través de ellos, sin embargo,  no suelo darlos por iniciativa propia sino que los "devuelvo" con gusto a quien me los da.
Sólo me nace abrazar y besar como si no hubiese un mañana, a los cachorros y a los bebés...


Y es por eso, que sabiéndome limitada en cuanto a las manifestaciones que las emociones hacen en mi por dentro, he intentado desarrollar diferentes métodos y creado situaciones de las que no pueda escapar, para obligarme a  mi misma a liberarme de la ataduras que me he puesto desde hace mucho tiempo para comunicar aquello que siento.

Ya hace tiempo que conté en uno de los posts, que no sabía llorar bien,, como si sólo pudiese hacerlo hacia dentro y admiraba a quien sabía hacerlo "bien" y a quien transmitía su cariño y sus sentimientos sin miedo.
Con esto no quiero culpabilizar a nadie de mi falta de comunicación de los sentimientos, por supuesto, pero hay algo de lo que debemos  de ser conscientes todos y es que desde que un niño es pequeño les decimos que no lloren, que no pasa nada, quitándole la importancia que para un niño en ese momento tiene, hay ocasiones que es bueno dejarles llorar y expresarse. Les decimos también que si tienen miedo, es una tontería y que los monstruos no existen, haciéndoles ver  que lo que ellos experimentan es falso. Nos enfadamos si un niño llora porque otro niño le quita su juguete, les decimos que es bueno compartir y les obligamos a hacerlo cuando nosotros no somos capaces de dejar nuestro móvil a nadie...es bueno invitarle a compartir y animarles a prestar aquello asegurándole que más tarde le será devuelto, pero no obligar a perder lo que para ellos es su "seguridad" porque les haremos sentir mal doblemente. (sin darnos cuenta de la importancia que para un niño tiene en ese momento su juguete que es la misma o más que un objeto personal para nosotros que somos adultos) y con estos pequeños actos, sin querer, estamos cercenando esa capacidad de comunicar emociones que son totalmente naturales y quizá les estemos animando a no transmitir según qué sensaciones o sentimientos, por lo que difícilmente sabrán discernir, cuáles sí y cuáles no, y a prenderán a no comunicar ninguna emoción de manera clara para evitar ser corregidos.


Por supuesto esto es un tema en el que habría que profundizar mucho más y no seré yo quien lo haga,  ya que hay opiniones diversas ante cada situación que he planteado como ejemplos y en esta ocasión sólo quería hacer esta pequeña introducción que sirva de base para hablar de  mi nuevo proyecto.

Hace unos meses que empecé a darle vueltas sobre volver a crear juguetes educativos, centrarme más en buscar la manera de usar los conocimientos que adquirido estos años en materia textil y la experiencia haciendo talleres con niños, así como los cursos en los que participado, realizados en principio y mayoritariamente para maestros.


y es así como han nacido los SACOS DE LAS EMOCIONES

Son Sacos de Tela llenos de caras con expresiones faciales que ayudan a los niños (y no tan niños, ya que también está pensado para terapias con adultos como por ejemplo los enfermos de Alzheimer) a explicar a los demás , qué es lo que les ocurre en distintas situaciones cuando no son capaces de expresarlo por medio del lenguaje.

Tenía muchas dudas de cómo plantearlo, porque vivimos rodeados de EMOTICONOS, los usamos para casi todo y eso supone que realmente abusamos de ellos, limitando cada vez nuestra capacidad de utilizar un lenguaje mucho más rico, usando prácticamente  sólo la parte gestual y distorsionando en gran medida la realidad de nuestros sentimientos, ya que un texto en el que se incluyen emoticonos, lejos de expresar siempre nuestro estado de ánimo o nuestra intención, en ocasiones confunden y llegan a convertir ciertas conversaciones en malos entendidos, por no poder escuchar la entonación o por no ver la verdadera cara de la persona que está al otro lado de la conversación.

Se que no he inventado nada nuevo y que en este momento hay muchos libros, cuentos y actividades que ayudan a gestionar las emociones, pero aún así, me encuentro con muchos padres que tienen problemas acerca de cómo ayudar a sus hijos a comunicar las emociones y no pocos adultos con miedos a expresar sus emociones, y es por ello que pienso que cualquier iniciativa es poca si se trata de ayudar a  mejorar la comunicación.

He comprobado como a través de los dibujos, los niños son capaces de mostrar mejor sus sentimientos, como se comunican con más facilidad con muñecos que con personas y que a través de éstos, son capaces de desvelar secretos que les atormentan o que les hacen sufrir de alguna manera.
Es por ello que no quería usar sólo la imagen en plano, sino crear personales básicos, similares a los emoticonos pero con distintos colores que estén rellenos y parezcan  tener vida propia y meter a todos dentro de un saco, EL SACO DE LAS EMOCIONES, para hacer ver que todos somos como un saco, lleno de distintas emociones y que todas ellas conviven con nosotros a diario y que podemos gestionarlas si las aprendemos a conocer mejor.


En el Bolsillo lleva la definición de cada emoción para que los niños entiendan cada una de ellas, así como propuestas de "fichas" de emoción para que puedan dibujar las diferentes caras, junto con otros "secretos" que ayudarán a las actividades...


Todavía es un prototipo, pero no podía aguantar más para enseñarlo, ya que he descubierto que si hay algo que comparto públicamente, me veo obligada a comprometerme a hacerlo en firme y como no quiero comenzar el año llenándome de propósitos que no sea capaz de cumplir y que me frustren aún más o generar compromisos a los que no pueda responder, prefiero plantearme retos o metas que quiero y puedo alcanzar, como es este.


*Os recomiendo este artículo que ha escrito una persona que he conocido hace pocos meses y que trata temas muy interesantes sobre la gestión emocional y en este artículo habla sobre la empatía.
http://gestionemocional.com/empatia/